jueves, 21 de enero de 2016

Leonela Relys enseñó que ‘Yo, sí puedo’

En el año 1961, cuando Cuba inició su Campaña Nacional de Alfabetización, Leonela Relys tenía apenas 13 años. Vivía con sus abuelos, y decidió vincularse de manera voluntaria en la campaña pues su sueño, desde muy pequeña, era ser maestra; y aunque apenas contaba con sexto grado de alfabetización, sabía leer y escribir correctamente.  Desde este momento, inició para ella un proceso extraordinario de educación como práctica liberadora. 

Durante la campaña de alfabetización, los voluntarios debían vivir en las casas de los campesinos que iban a alfabetizar. Allí aprendió las labores del campo y comprendió que el mundo era más grande de lo que ella pensaba. Esto creó en ella la convicción de estudiar para ingresar al magisterio, y gracias a un plan de becas de estudios para los brigadistas que Cuba ofreció tras el éxito de la campaña, que logró reducir al 3,9% el analfabetismo en Cuba, se hizo maestra de primaria.

Su primera experiencia en un aula de clases fue con mujeres que habían sido empleadas domésticas antes de la revolución. Posteriormente, fue seleccionada junto con otros 20 estudiantes militantes de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), para trabajar en la Escuela de Suelos y Fertilizantes “Sierra Maestra”, donde conoció directamente a Fidel Castro. Luego, mientras estudiaba en la Universidad, trabajó en la escuela formadora de maestros primarios Makarenco, y finalmente, se graduó de la carrera profesoral de español y literatura. Y así, tras la visita de una asesora del Ministerio de Educación, se convirtió en metodóloga inspectora para un curso de maestros que iban a pasar a la universidad, siendo este su primer acercamiento a la pedagogía.

En adelante, acompañó misiones internacionalistas en Haití, Sudáfrica y otros países, y lideró programas de alfabetización por radio. En una de estas, cuando regresaba de Sudáfrica en 2001, Fidel le encargó en un acto público la labor de diseñar una campaña de alfabetización masiva para televisión. Volvió a Haití con esta terea encomendada, y desde allí le envío a Fidel una primera propuesta. A su regreso, comenzó a diseñar lo que se convirtió en el ‘Yo, sí puedo’, el programa de alfabetización para adultos por televisión, que Cuba hizo famoso en el mundo.

Así, se creó un equipo multidisciplinario, y nació el programa con un carácter universalista y latinoamericanista, que luego se contextualizaría en español, inglés, francés, y otros idiomas originarios para 30 países del mundo como Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Guinea Bissau, Colombia, entre otros. Esto porque, aunque el programa mantenía la misma estructura, debía acercarse a la idiosincrasia e identidad de cada pueblo.

Leonela siguió estudiando, en el 2007 se hizo doctora en ciencias pedagógicas. Tuvo dos hijos y tres nietos; sus últimos años los pasó entre el trabajo, el estudio y su familia. En enero 17 del 2015, Leonela falleció. Fue mujer revolucionaria, y ejemplo vivo de que la educación es la única manera de ser libres. Por eso será difícil que muera en el recuerdo de su pueblo.





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