Artículo publicado en la Edición impresa 113 (enero - febrero 2016) de Periferia Prensa Alternativa
Por
Trochando Sin Fronteras
El Festival
Nacional de Arte a la Esquina y la Vereda, promovido por el Congreso de los
Pueblos desde hace tres años, es un espacio de expresión artística y cultural
que busca aportar a la transformación social. Es además una apuesta
organizativa hacia la construcción de un Movimiento Nacional de Artistas. Se
han realizado tres versiones: la primera en Barranquilla, la segunda en Pasto,
y la más reciente en el municipio de Saravena, Arauca; convirtiéndose para los
artistas en un espacio para reunirse, intercambiar experiencias organizativas y
propuestas culturales. El festival ha permitido un acercamiento a comunidades y
sectores populares que no tienen acceso al arte y la cultura, por eso la
reflexión acerca de la realidad se hace no sólo desde la expresión artística,
sino también con los aportes de los espectadores.
El primer
encuentro, llevado a cabo en el año 2013 en la ciudad de Barranquilla, se llamó
Festival Nacional de Arte. Según los organizadores, dicho escenario sirvió para
que los colectivos de artistas se plantearan interrogantes como: “¿Qué se
considera arte? ¿Cuál es nuestra identidad como colombianos para así poder
crear una transformación? ¿Qué nos podría movilizar como artistas? ¿Cómo
fortalecemos el movimiento social? ¿Cómo llegar a la gente? ¿El arte es un
camino que puede aportar en la transformación de país y en la construcción de
uno nuevo, mejor, más digno y justo para todos y todas?”. Desde entonces, las
respuestas a estas preguntas se han venido encontrando a partir de la experiencia en el trabajo popular y en
el desarrollo de los Festivales.
Por ejemplo en el
2014, el festival de arte se realizó en Pasto (Nariño). Allí, las
características propias de la cultura y geografía nariñenses, permitieron la integración de
espacios y comunidades rurales, lo que propició nuevos escenarios, perspectivas
y reflexiones. De ahí que el evento se configuró como Festival Nacional de Arte
a la Esquina y la Vereda.
“En ese segundo
encuentro los artistas realizaron un
acercamiento a la cultura ancestral, a la tierra y la naturaleza, buscando
avanzar en la construcción de una revolución cultural que pueda contrarrestar la
mentalidad consumista y desenfrenada del sistema hegemónico actual, con el
propósito de elevar el espíritu crítico y colectivo de la conciencia humana.
Por ello, se hizo un reconocimiento de los artistas como hijos de la tierra en
búsqueda de las raíces”, comenta una de las organizadoras.
En Pasto, el
énfasis de la discusión giró en torno a la pregunta: “¿Es posible construir
nación con las identidades de los pueblos?”. De allí surgió la necesidad de los
participantes de cada región por encontrar esos puntos identitarios que unen a
los pueblos como país y como Latinoamérica multicultural, y fortalecer las
prácticas organizativas entre los procesos culturales y artísticos convocados. En
suma, los festivales del 2013 y 2014 fueron escenarios que gestaron el
Movimiento Nacional de Artistas.
Comentan los
artistas que en el 2015, junto al movimiento social, se reencontraron en el
plan de vida de los pueblos, y decidieron apostarle a la solidaridad, la
autogestión, al amor eficaz, a caminar como sujetos colectivos por un mundo
posible de transformar, por medio del arte consiente que denuncia y fortalece
la identidad de los pueblos.
Arte a la vereda y a los barrios en Saravena
Del 11 al 14 de
diciembre del 2015, se realizó el III Festival Nacional de Arte a la Esquina y
la Vereda, en el municipio de Saravena, Arauca. Este tuvo lugar en parques,
barrios y sectores rurales, y su objetivo principal fue consolidar el
Movimiento Nacional de Artistas.
Allí las
comunidades disfrutaron jornadas
acompañadas con folclor andino, salsa, obras de teatro. Grupos como Victor Jara
de Medellín sorprendieron al público cuestionando el papel benéfico y protector
del gobierno con los inversionistas
extranjeros y multinacionales. El colectivo EntreRedes de
Bogotá, por medio de un monólogo, removió los hilos de la memoria bañada de
desapariciones y muertes colectivas que han pasado los pueblos
latinoamericanos. Por otro lado, el colectivo cultural Cotopaxi de Bogotá,
realizó una puesta en escena que cuestionó el papel invasor y destructor de los
colonizadores en los pueblos indígenas de Nuestra América.
En la tercera
versión de este Festival de arte, los colectivos y agrupaciones provenientes de
todo el país se identificaron con la propuesta de vida digna que han construido
los pueblos, que pasa por la defensa y permanencia en el territorio, el rescate
de la identidad y la necesidad de transformar las condiciones estructurales que
hoy sumergen al país en un escenario de desigualdad, pobreza y muerte.
Los artistas
expusieron el arte y las expresiones culturales como elementos que alimentan la
esperanza de los pueblos y comunidades atropelladas por el sistema. Según
ellos, se identifican como parte de la clase explotada y vulnerada por el
capitalismo, sistema que vende las expresiones artísticas hegemónicas como
mercancía, excluye al pueblo de la producción de arte y fabrica en serie
productos de entretenimiento que rayan en la mediocridad.
El Movimiento
Nacional de Artistas dejó claro que sus
proyectos son contra-hegemónicos y están al alcance de los pueblos y esperan
realizar en el 2016 la cuarta versión
del Festival en Medellín, Antioquia, allí
seguirán alimentado y acompañando la lucha de los pueblos por la vida digna,
así como fortaleciendo su Movimiento Nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario