miércoles, 17 de febrero de 2016

Avanza la construcción del Movimiento Nacional de Artistas

Artículo publicado en la Edición impresa 113 (enero - febrero 2016) de Periferia Prensa Alternativa





Por Trochando Sin Fronteras

El Festival Nacional de Arte a la Esquina y la Vereda, promovido por el Congreso de los Pueblos desde hace tres años, es un espacio de expresión artística y cultural que busca aportar a la transformación social. Es además una apuesta organizativa hacia la construcción de un Movimiento Nacional de Artistas. Se han realizado tres versiones: la primera en Barranquilla, la segunda en Pasto, y la más reciente en el municipio de Saravena, Arauca; convirtiéndose para los artistas en un espacio para reunirse, intercambiar experiencias organizativas y propuestas culturales. El festival ha permitido un acercamiento a comunidades y sectores populares que no tienen acceso al arte y la cultura, por eso la reflexión acerca de la realidad se hace no sólo desde la expresión artística, sino también con los aportes de los espectadores.

El primer encuentro, llevado a cabo en el año 2013 en la ciudad de Barranquilla, se llamó Festival Nacional de Arte. Según los organizadores, dicho escenario sirvió para que los colectivos de artistas se plantearan interrogantes como: “¿Qué se considera arte? ¿Cuál es nuestra identidad como colombianos para así poder crear una transformación? ¿Qué nos podría movilizar como artistas? ¿Cómo fortalecemos el movimiento social? ¿Cómo llegar a la gente? ¿El arte es un camino que puede aportar en la transformación de país y en la construcción de uno nuevo, mejor, más digno y justo para todos y todas?”. Desde entonces, las respuestas a estas preguntas se han venido encontrando a partir  de la experiencia en el trabajo popular y en el desarrollo de los Festivales.

Por ejemplo en el 2014, el festival de arte se realizó en Pasto (Nariño). Allí, las características propias de la cultura y geografía  nariñenses, permitieron la integración de espacios y comunidades rurales, lo que propició nuevos escenarios, perspectivas y reflexiones. De ahí que el evento se configuró como Festival Nacional de Arte a la Esquina y la Vereda.

“En ese segundo encuentro los artistas realizaron  un acercamiento a la cultura ancestral, a la tierra y la naturaleza, buscando avanzar en la construcción de una revolución cultural que pueda contrarrestar la mentalidad consumista y desenfrenada del sistema hegemónico actual, con el propósito de elevar el espíritu crítico y colectivo de la conciencia humana. Por ello, se hizo un reconocimiento de los artistas como hijos de la tierra en búsqueda de las raíces”, comenta una de las organizadoras.

En Pasto, el énfasis de la discusión giró en torno a la pregunta: “¿Es posible construir nación con las identidades de los pueblos?”. De allí surgió la necesidad de los participantes de cada región por encontrar esos puntos identitarios que unen a los pueblos como país y como Latinoamérica multicultural, y fortalecer las prácticas organizativas entre los procesos culturales y artísticos convocados. En suma, los festivales del 2013 y 2014 fueron escenarios que gestaron el Movimiento Nacional de Artistas.

Comentan los artistas que en el 2015, junto al movimiento social, se reencontraron en el plan de vida de los pueblos, y decidieron apostarle a la solidaridad, la autogestión, al amor eficaz, a caminar como sujetos colectivos por un mundo posible de transformar, por medio del arte consiente que denuncia y fortalece la identidad de los pueblos.


Arte a la vereda y a los barrios en Saravena
Del 11 al 14 de diciembre del 2015, se realizó el III Festival Nacional de Arte a la Esquina y la Vereda, en el municipio de Saravena, Arauca. Este tuvo lugar en parques, barrios y sectores rurales, y su objetivo principal fue consolidar el Movimiento Nacional de Artistas.

Allí las comunidades disfrutaron  jornadas acompañadas con folclor andino, salsa, obras de teatro. Grupos como Victor Jara de Medellín sorprendieron al público cuestionando el papel benéfico y protector del gobierno con los inversionistas  extranjeros  y  multinacionales. El colectivo EntreRedes de Bogotá, por medio de un monólogo, removió los hilos de la memoria bañada de desapariciones y muertes colectivas que han pasado los pueblos latinoamericanos. Por otro lado, el colectivo cultural Cotopaxi de Bogotá, realizó una puesta en escena que cuestionó el papel invasor y destructor de los colonizadores en los pueblos indígenas de Nuestra América.

En la tercera versión de este Festival de arte, los colectivos y agrupaciones provenientes de todo el país se identificaron con la propuesta de vida digna que han construido los pueblos, que pasa por la defensa y permanencia en el territorio, el rescate de la identidad y la necesidad de transformar las condiciones estructurales que hoy sumergen al país en un escenario de desigualdad, pobreza y muerte.

Los artistas expusieron el arte y las expresiones culturales como elementos que alimentan la esperanza de los pueblos y comunidades atropelladas por el sistema. Según ellos, se identifican como parte de la clase explotada y vulnerada por el capitalismo, sistema que vende las expresiones artísticas hegemónicas como mercancía, excluye al pueblo de la producción de arte y fabrica en serie productos de entretenimiento que rayan en la mediocridad.


El Movimiento Nacional de Artistas  dejó claro que sus proyectos son contra-hegemónicos y están al alcance de los pueblos y esperan realizar en el 2016  la cuarta versión del  Festival en Medellín, Antioquia, allí seguirán alimentado y acompañando la lucha de los pueblos por la vida digna, así como fortaleciendo su Movimiento Nacional.

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