Por: *TatuyTv/ Tatuytv.org
En Venezuela se viven dos realidades, la real y la que se
retrata a través de la TV, la prensa, la radio y las redes sociales; son más
los que conocen a Venezuela a través de las matrices informativas dominantes,
que por cuenta propia, y menos por la voz de los movimientos y organizaciones
sociales que vienen construyendo un proyecto como el Socialismo Bolivariano, que enfrenta
grandes encrucijadas.
En su libro la Dictadura Mediática en Venezuela el escritor venezolano
Luis Brito García ha caracterizado como
tal a
la hegemonía de los medios y pone como ejemplo
de ello, el golpe del 2002. Explica que las cadenas televisivas jugaron
un rol determinante en lo que llegó a ser un golpe mediático. Los medios se
convirtieron a sí mismos en actores políticos
e incluso firmaron el decreto con
el cual se disolvió el gobierno bolivariano durante el golpe. Estos mismos medios
también editaron las imágenes, historias y hechos a su acomodo. Hoy quienes
continúan esas prácticas sin ninguna reserva son los medios internacionales
quienes retratan desde esa mirada la situación en Venezuela.
El economista Gustavo González en
la entrevista ¿Guerra Económica o lucha
de clases? señala que la situación en Venezuela es el
enfrentamiento de dos modelos inversamente distintos. Simplemente la
confrontación propia de la lucha de clases y el resultado de ésta es lo que se
vive hoy en las calles Venezolanas. Chávez propuso un proyecto hacia la
construcción de un socialismo bolivariano y en esa trayectoria los intereses
nacionales, transnacionales e imperiales no se iban a quedar de brazos
cruzados.
¿Qué ocurre?
Desabastecimiento, acaparamiento, inflación, largas colas,
delincuencia, corrupción son los temas de las
matrices mediáticas sobre Venezuela, las cuales son empaquetadas en formatos
fáciles de consumir y poco provocadoras de profundizar. En entrevista ofrecida a la radio YVKE
Mundial, Brito García declara que es necesario ir a la historia para
explicar lo que ocurre. El desabastecimiento por ejemplo, ha sido la herramienta
política predilecta de la burguesía venezolana
para acceder a sus demandas. A finales de los 80 fue utilizado para presionar
la implementación de medidas neoliberales y en el 2002 fue utilizada para el
golpe de estado contra Chávez. Recuerda también que en el Chile de Allende fue utilizada
para desestabilizar a su gobierno.
El actual nivel de desabastecimiento ha
sido un proceso de acumulación de fuerza que ni Estado ni gobierno ha sabido
superar, y que busca atacar las medidas que ha establecido el
gobierno bolivariano para regular la economía venezolana.
La nacionalización de empresas privadas, la re-nacionalización de
empresas estatales (como la Estatal PDVSA), el control cambiario y el control
de precios han sido algunas de estas medidas que
aunque han tocado múltiples intereses, no han transformado ni el Estado
ni los cimientos de la estructura capitalista rentística de
la economía venezolana.
En ese contexto, son variados los intentos que ha ensayado la
burguesía para revertir esas medidas. En la entrevista, Venezuela ¿víctima de un secuestro
de masas? el sociólogo Franco Vielma explica
algunas de ellas y caracteriza el actual desabastecimiento como un
secuestro que utiliza como presión la escases de productos básicos que la
burguesía genera. Otro de los intentos fue en 2014 con las llamadas guarimbas.
Bajo
la consigna “la salida”, Leopoldo López y sus aliados promovieron
un sin número de
barricadas mortales que dejaron como resultado 43
personas asesinadas, en su mayoría simpatizantes chavistas.
Sin embargo en los
medios solo quedo la imagen de la guardia nacional reprimiendo protestas, y la
indignación por los pocos muertos de la oposición. Las guarimbas no provocaron
“la salida” del gobierno pero profundizó la campaña de odio
y
violencia que ante dificultades
económicas como las actuales, hacen más visibles
los sentimientos de individualismo y de lógicas mafiosas.
Posterior a esto, se realizaron las “mesas de diálogo
nacional”, en las que la burguesía puso sobre la mesa sus
demandas. No era otra
cosa
que una negociación. El gobierno cedió, agregó
un nuevo sistema de adquisición de divisas llamado SIMADI
(Sistema
Marginal de Divisas) regulado por un mercado que se basa
en la
oferta y la demanda, buscando con ello controlar el precio del dólar
en el “mercado negro” y evitar la fuga de divisas.
Al
contrario de esto, el precio del dólar paralelo se
disparó, en parte, por una evidente campaña de devaluar el Bolívar en la
frontera. Franco Vielma explica que el precio del dólar del mercado negro se
fijaba a través del portal web Dóllar
Today, el cual tomaba como referencia el dólar en Cúcuta y con esto fijaba
tanto el dólar negro como el precio del Bolívar, esto bajo el auspicio del
gobierno y la burguesía colombiana a través de sus mafias paramilitares y su
brazo económico, los llamados “profesionales
del cambio”.
Este contexto acentúa el bachaqueo (ventas
ambulantes) y el contrabando de extracción. Según el periódico Ultimas Noticias,
Venezuela pierde sólo en contrabando de gasolina 5.400 millones de dólares
anualmente. La primera permite el “resuelve” de algunos ante las dificultades
económicas, compran barato para revender caro, tal cual la lógica de
comerciante que adquirió históricamente la burguesía nacional, truncando las
posibilidades de una estructura productiva; por otro lado, parte de esos
productos se destinan al contrabando que mantienen mafias en frontera con
Colombia.
2015 ¿define la
continuidad del proyecto?
El gobierno Bolivariano se ha ganado enemigos por tratar
de pagar una deuda social acumulada por décadas, buscando un modelo que
enfrente los problemas internos, la estructura capitalista rentística y el
imperialismo. Pero en esa búsqueda han surgido
contradicciones, nuevos problemas y viejos vicios. En su artículo Amoroso con el enemigo, el analista Juan Lenzo señala que el
gobierno Bolivariano con la intención de ganar tiempo ha hecho que se cedan espacios de
poder que se suman a errores en decisiones trascendentales
y pactos con el enemigo histórico; la situación actual
demanda una toma de decisiones conscientes y determinantes
tomando
en cuenta que, a pesar de las políticas emprendidas, no se ha logrado derribar
las bases estructurales del sistema capitalista rentístico.
Las políticas de inclusión social han reproducido la
lógica rentista, alimentando el egoísmo, el consumismo
y la corrupción, retrasando la toma de
consciencia de la población.
Y aunque
hay esfuerzos de otro tipo, aún falta una
construcción masiva de consciencia política revolucionaria y socialista
que acompañe o presionen políticas que transformen verdaderamente las
estructuras.
En diciembre se elegirán los diputados que integran la Asamblea
Nacional, máximo espacio de decisión legislativa. De no
tener la mayoría a favor del proyecto bolivariano
se enfrentaría una encrucijada más adversa, se pondría en riesgo la continuidad de políticas sociales, y se abrirían más
puertas a negociaciones
con la burguesía. Habrá que esperar qué depara diciembre y si con el
nuevo año el proceso bolivariano suma una victoria o se enfrenta
a nuevos desafíos.
*Tatuy tv es un colectivo de la Ciudad de Mérida, Venezuela, que
desarrolla un proyecto comunicacional multimedia comprometido con el Socialismo
y la Revolución: www.tatuytv.org / @TatuyTv
/ www.albatv.org / @alba_tv / correo:
tatuytv@gmail.com
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