Por: Periferia Bogotá
Del 20 al 23 de septiembre de 2015 se llevó a cabo en
Bogotá el Encuentro Nacional por la Justicia Climática en el marco del Encuentro
de las Américas Frente al Cambio Climático, durante la cual también se convocó
a la Asamblea de Movimientos Sociales. Este gran evento contó con la
participación de delegaciones de movimientos sociales y ambientalistas de todo
el país, así como del movimiento indígena, que reclama actualmente la libertad
del líder Feliciano Valencia. Fue acompañado además por delegados
internacionales de Brasil, Ecuador, Bolivia, México y Francia como invitado
especial.
Desde su instalación se habló de la necesidad de
enfrentar este fenómeno ambiental con nuevas formas de política pública para la
explotación y formas de producción, que hasta el momento han primado en el
plano económico de todas las naciones del mundo. En este encuentro se argumentó
que las formas de usufructo y consumo capitalistas han llevado a hacer
insostenible nuestra forma de vida actual, siendo este un momento histórico y
geológico preocupante para la permanencia de la vida, y una amenaza para el
planeta y los recursos naturales.
La polución, la contaminación de los ríos, la explotación
irracional de la tierra incluso en las zonas protegidas, la mega minería tan en
boga en las políticas nacionales, en el Plan Nacional de Desarrollo y en el
modelo económico colombiano, entre otras, fueron las pruebas para demostrar el
fracaso de muchas promesas económicas y sociales hechas al país. Según las
denuncias realizadas en las jornadas y recorridos por los humedales y cerros de
la capital en el marco de este encuentro, las mentadas locomotoras del gobierno
nacional son más bien modelos de explotación irracional que a lo largo y ancho
del país han dejado miseria y destrucción del tejido social, del ecosistema, y
de la biodiversidad de los territorios, y donde el modelo económico entreguista
ha priorizado el capital transnacional.
Así, se dejó claro que más allá de actos públicos y
declaraciones ambientalistas, es necesario un cambio inmediato de las formas de
producción, explotación y consumo capitalistas, una mirada más humana y menos
dominante por parte de los hombres hacia la naturaleza y los recursos de los
que dependemos. Por ello, durante la Asamblea de los Movimientos Sociales se
definieron agendas conjuntas para trabajar en pro de la protección del medio
ambiente, en una estrategia por hacer frente al cambio climático desde los
movimientos sociales, mientras que la administración distrital reafirmó su
compromiso en hacer de Bogotá una ciudad amigable con el ambiente.
Pese a los foros y movilizaciones realizadas, el
encuentro también debe suscitar algunas reflexiones, como:
¿Qué acciones tomaremos los colombianos para reducir
emisiones de CO2?¿Qué acciones tomaremos para proteger y sostener las fuentes hídricas que aún
sobreviven en nuestros territorios? ¿Será posible que en el marco de los
acuerdos entre las insurgencias colombianas y el gobierno colombiano se den
políticas públicas y modificaciones al PND y al modelo económico con el fin de
mitigar los efectos nefastos sobre los territorios y los recursos naturales?
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