Por: Camila Botero
A 75
kilómetros de Pereira, la capital del departamento de Risaralda, limitando con
la parte occidental del departamento de Caldas, se encuentra Belén de Umbría,
municipio de tradición cafetera y antiguo territorio de la tribu indígena Umbría.
Allí los habitantes de las veredas El Diamante, Caucayá, corregimiento de
Columbia, todas cercanas a Morro Azul y pertenecientes a Belén de Umbría, se
encuentran sin agua a causa de la construcción de la “Pequeña
Central Hidroeléctrica Morro Azul” de la Empresa Risaralda Generación de
Energía S. A. S., adecuada para abastecer de energía a una ciudad de hasta 100
mil habitantes, con una potencia efectiva de 19. 9 megavatios.
La licencia para este proyecto fue otorgada por el
Ministerio de Minas y Energía el 29 de julio de 2013, por medio de la
resolución 227. La Licencia Ambiental la concedió la Corporación Autónoma
Regional de Risaralda (CARDER), por medio de la Resolución 0830 del 8 de mayo
del 2013. En esta se especificaron las alteraciones del régimen hídrico y se reconoció
la posibilidad de que haya “abatimiento de aguas: descenso o disminución en los
manantiales que surten de agua la población ubicada en el área de influencia”,
debido a la perforación del túnel de conducción y la ventana de acceso. Y eso
justamente es lo que está sucediendo.
Jorge Grajales, habitante
de la vereda Caucayá, es uno de los afectados. Él tiene ganado en su finca y
hace algo más de mes y medio notó que las cuatro quebradas que pasaban por sus
terrenos (que lindan con los de la represa), se habían secado. En menos de 4
días los riachuelos, que según Jorge se mantenían con una profundidad de entre
2 y 3 pulgadas, ya no estaban. “Yo no tenía ningún tanque para que el ganado
tomara agua porque se abastecía de las quebradas. En este tiempo se me enfermó
el ganado y me tocó vender algunos. Perdí hasta 700 pesos por kilo, porque esto
nos cogió de sorpresa”.
La construcción de Morro
Azul comenzó en octubre de 2014. Una de las obras que se realiza como parte de
la hidroeléctrica es el túnel de aducción del embalse, que se encuentra al
interior de la montaña y atraviesa el curso de las quebradas. Para Deliana
Cardozo, geóloga que ha estado al tanto de la situación de los habitantes de
las veredas cercanas a Morro Azul, el problema es bastante obvio: “la
historia de la construcción de túneles para vías e hidroeléctricas ha
demostrado que los caudales de las aguas superficiales disminuyen o
desaparecen, tal es el caso del embalse de Chingaza (construido entre los años
1969-1982) y recientemente la construcción del túnel de La Línea, que afectó la
Quebrada El Salado, una de las fuentes del acueducto de Calarcá (Quindío)”.
Sin
embargo, y a pesar de lo dicho en la Licencia Ambiental, al enterarse de la
situación de los pobladores del corregimiento de Columbia, Juan Manuel Álvarez,
director general de la CARDER, en una nota publicada por El Diario del Otún el
14 de mayo, “descartó cualquier daño ambiental por parte de
la empresa Risaralda Generación de Energía S. A. S. – E.S.P y
explicó que las condiciones obedecen a la disminución de lluvias”.
Jorge
Grajales contradice lo expresado por la CARDER. Según él, su familia tiene otro
predio a 2 kilómetros del lugar y las quebradas de este, a pesar de la falta de
lluvias, no están secas. “Los nacimientos están disminuidos, pero no secos”.
En búsqueda de la justicia
Al
ver que nadie iba a responder por esta situación, los habitantes decidieron
organizarse y dar la pelea por lo que necesitaban para vivir. A mediados de
junio de este año, y luego de una serie de reuniones realizadas en Columbia,
campesinos dueños de 150 predios de la región decidieron hacer un mitin en la
sede de la CARDER en Pereira para que alguien les diera solución y la población
de la ciudad se enterara de su problemática.
Foto: Daniela Ruíz |
Sumado a la forma de presión por vías de
hecho, el 13 de julio de este año la comunidad instauró una acción de tutela “como mecanismo
transitorio, para evitar la consumación de un PERJUICIO IRREMEDIABLE,
consistente en la extinción y agotamiento de las fuentes de agua potable”. En ésta
se demandaba también a la empresa Risaralda Generación de Energía S.A.S.-E.S.P.
El fallo del juzgado admitió que se les estaba
vulnerando el derecho fundamental de suministro de agua potable a algunos
pobladores de la vereda que no tienen acueducto, pero que esto era
responsabilidad de la alcaldía del municipio, quien debía construir o
complementar el acueducto para las veredas. También declaró “que la Empresa
Risaralda Generación de Energía S.A.S.-E.S.P no vulneró ningún derecho
fundamental a los habitantes”. Así, las exigencias del documento presentado por
los campesinos no se cumplieron. La Licencia Ambiental sigue en pie y, por lo
tanto, la construcción de la Hidroeléctrica.
A pesar de esto, la gente no se da por vencida. El
camino que eligieron es apelar el fallo del juez y seguir la movilización.
“Estamos pensando en organizar una marcha con los de las escuelas y colegios de
Belén para ver si, de pronto, alguien nos escucha. Tenemos que seguir luchando
y luchando porque la Empresa de Energía fue la que nos dejó sin agua”, remata
Jorge Grajales.
Si a los campesinos nadie les responde... ellos se hacen escuchar. Para todo el que tiene un ingreso de dinero, es facil hacer caso omiso a lo que esta sucediendo, pero para los campesinos no. Su inversion es siempre por medio de prestamos de dinero... y si los cultivos o animales perecen, nadie les perdona la deuda... Mi pregunta es: Los van o no a indemnizar?
ResponderEliminarPorque ellos al quedarse sin agua perdieron los cultivos, animales, toda inversion fisica y economica... Por favor pongan un poquito de su tiempo en ello. Si hay dinero para otras cosas... debe quedar tambien para ayudar a estos campesinos que dia tras dia crecen mas sus deudas economicas....