viernes, 4 de septiembre de 2015

Habitantes de Belén de Umbría luchan por el derecho al agua

Por: Camila Botero

A 75 kilómetros de Pereira, la capital del departamento de Risaralda, limitando con la parte occidental del departamento de Caldas, se encuentra Belén de Umbría, municipio de tradición cafetera y antiguo territorio de la tribu indígena Umbría. Allí los habitantes de las veredas El Diamante, Caucayá, corregimiento de Columbia, todas cercanas a Morro Azul y pertenecientes a Belén de Umbría, se encuentran sin agua a causa de la construcción de la “Pequeña Central Hidroeléctrica Morro Azul” de la Empresa Risaralda Generación de Energía S. A. S., adecuada para abastecer de energía a una ciudad de hasta 100 mil habitantes, con una potencia efectiva de 19. 9 megavatios.

La licencia para este proyecto fue otorgada por el Ministerio de Minas y Energía el 29 de julio de 2013, por medio de la resolución 227. La Licencia Ambiental la concedió la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER), por medio de la Resolución 0830 del 8 de mayo del 2013. En esta se especificaron las alteraciones del régimen hídrico y se reconoció la posibilidad de que haya “abatimiento de aguas: descenso o disminución en los manantiales que surten de agua la población ubicada en el área de influencia”, debido a la perforación del túnel de conducción y la ventana de acceso. Y eso justamente es lo que está sucediendo.

Jorge Grajales, habitante de la vereda Caucayá, es uno de los afectados. Él tiene ganado en su finca y hace algo más de mes y medio notó que las cuatro quebradas que pasaban por sus terrenos (que lindan con los de la represa), se habían secado. En menos de 4 días los riachuelos, que según Jorge se mantenían con una profundidad de entre 2 y 3 pulgadas, ya no estaban. “Yo no tenía ningún tanque para que el ganado tomara agua porque se abastecía de las quebradas. En este tiempo se me enfermó el ganado y me tocó vender algunos. Perdí hasta 700 pesos por kilo, porque esto nos cogió de sorpresa”.

La construcción de Morro Azul comenzó en octubre de 2014. Una de las obras que se realiza como parte de la hidroeléctrica es el túnel de aducción del embalse, que se encuentra al interior de la montaña y atraviesa el curso de las quebradas. Para Deliana Cardozo, geóloga que ha estado al tanto de la situación de los habitantes de las veredas cercanas a Morro Azul, el problema es bastante obvio: “la historia de la construcción de túneles para vías e hidroeléctricas ha demostrado que los caudales de las aguas superficiales disminuyen o desaparecen, tal es el caso del embalse de Chingaza (construido entre los años 1969-1982) y recientemente la construcción del túnel de La Línea, que afectó la Quebrada El Salado, una de las fuentes del acueducto de Calarcá (Quindío)”.

Sin embargo, y a pesar de lo dicho en la Licencia Ambiental, al enterarse de la situación de los pobladores del corregimiento de Columbia, Juan Manuel Álvarez, director general de la CARDER, en una nota publicada por El Diario del Otún el 14 de mayo,  “descartó cualquier daño ambiental por parte de la empresa Risaralda Generación de Energía S. A. S. – E.S.P y explicó que las condiciones obedecen a la disminución de lluvias”.

Jorge Grajales contradice lo expresado por la CARDER. Según él, su familia tiene otro predio a 2 kilómetros del lugar y las quebradas de este, a pesar de la falta de lluvias, no están secas. “Los nacimientos están disminuidos, pero no secos”.

En búsqueda de la justicia

Al ver que nadie iba a responder por esta situación, los habitantes decidieron organizarse y dar la pelea por lo que necesitaban para vivir. A mediados de junio de este año, y luego de una serie de reuniones realizadas en Columbia, campesinos dueños de 150 predios de la región decidieron hacer un mitin en la sede de la CARDER en Pereira para que alguien les diera solución y la población de la ciudad se enterara de su problemática.

Foto: Daniela Ruíz
El 25 de junio de este año, 200 personas salieron de Belén de Umbría hacia la ciudad de Pereira y se plantaron en la entrada de la CARDER con la consigna de que no se moverían de aquel lugar hasta tener una conversación con el director de la Corporación y recibir una explicación y una solución para sus problemas. Además, llevaban un documento en el que consignaban la situación de la región y planteaban que, “el agua solo ha desaparecido en las zonas aledañas al túnel, en otras veredas esto no está ocurriendo. Nosotros campesinos, mujeres y hombres, que día a día aramos la tierra, que permitimos el alimento en las mesas de los colombianos, que milenariamente hemos conservado las fuentes de agua, nos vemos obligados a salir de nuestros territorios, donde dejamos ilusiones y esperanzas”. Exigían también tres cosas de forma inmediata: 1. Que la empresa Risaralda Generación de Energía los surtiera de agua para uso doméstico y agrícola. 2. La suspensión de la Licencia Ambiental. 3. La indemnización por las pérdidas económicas y perjuicios ocasionados.

Sumado a la forma de presión por vías de hecho, el 13 de julio de este año la comunidad instauró una acción de tutela “como mecanismo transitorio, para evitar la consumación de un PERJUICIO IRREMEDIABLE, consistente en la extinción y agotamiento de las fuentes de agua potable”. En ésta se demandaba también a la empresa Risaralda Generación de Energía S.A.S.-E.S.P.

El fallo del juzgado admitió que se les estaba vulnerando el derecho fundamental de suministro de agua potable a algunos pobladores de la vereda que no tienen acueducto, pero que esto era responsabilidad de la alcaldía del municipio, quien debía construir o complementar el acueducto para las veredas. También declaró “que la Empresa Risaralda Generación de Energía S.A.S.-E.S.P no vulneró ningún derecho fundamental a los habitantes”. Así, las exigencias del documento presentado por los campesinos no se cumplieron. La Licencia Ambiental sigue en pie y, por lo tanto, la construcción de la Hidroeléctrica.

A pesar de esto, la gente no se da por vencida. El camino que eligieron es apelar el fallo del juez y seguir la movilización. “Estamos pensando en organizar una marcha con los de las escuelas y colegios de Belén para ver si, de pronto, alguien nos escucha. Tenemos que seguir luchando y luchando porque la Empresa de Energía fue la que nos dejó sin agua”, remata Jorge Grajales.





1 comentario:

  1. Si a los campesinos nadie les responde... ellos se hacen escuchar. Para todo el que tiene un ingreso de dinero, es facil hacer caso omiso a lo que esta sucediendo, pero para los campesinos no. Su inversion es siempre por medio de prestamos de dinero... y si los cultivos o animales perecen, nadie les perdona la deuda... Mi pregunta es: Los van o no a indemnizar?
    Porque ellos al quedarse sin agua perdieron los cultivos, animales, toda inversion fisica y economica... Por favor pongan un poquito de su tiempo en ello. Si hay dinero para otras cosas... debe quedar tambien para ayudar a estos campesinos que dia tras dia crecen mas sus deudas economicas....

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