Artículo publicado en la Edición impresa 114 (Mayo - Junio 2016) de Periferia Prensa Alternativa
Por Equipo Periferia
El movimiento social articulado en la
Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular y muchos otros sectores de la
sociedad preparan una nueva jornada de paro, que invita a construir paz con
justicia social y a cambiar el modelo económico. Periferia habló con algunos
dirigentes nacionales articulados en la Cumbre Agraria sobre lo que se viene.
Las razones para movilizarse: Un contexto
ajeno a los anhelos de paz con justicia social
De acuerdo a lo expresado por Jimmy Moreno,
Vocero Nacional del Congreso de los Pueblos, el contexto político actual hay
que reflexionarlo en dos ámbitos: el latinoamericano y el nacional, en donde
Colombia se la juega en términos de Paz y Movilización. No es posible entender
el panorama de nuestro país sin analizar los intereses del imperialismo
norteamericano que hoy sostiene de una manera más agresiva una estrategia para
recuperar el control de América Latina, y para ello aplica un diseño que
destruye a los gobiernos democráticos, alternativos y al conjunto del
movimiento popular. “En esa reflexión vemos la importancia de que los
movimientos sociales y populares logremos unificarnos en torno a una acción
continental que defienda estos procesos alternativos y democráticos… pero que
tenga una perspectiva estratégica para sostener los avances alcanzados. Esta
debe ser la hora de los pueblos para asumir un protagonismo mayor en los
procesos de cambio y la defensa de lo alcanzado, porque la política del capitalismo
nos afecta a todos”.
Según Moreno, Colombia se encuentra
rezagado en el contexto de cambios de la región, ya que aún no se ha podido
construir un gobierno alternativo y democrático, y el contexto resulta más
complejo pues el país enfrenta una crisis económica profunda que refleja cómo
el capitalismo a través del modelo neoliberal viene en un proceso de
degradación de la vida, de los territorios, del planeta, pero es capaz de
imponerse ante las crisis y usar estrategias de reacomodo de sus intereses
intensificando el modelo en los territorios.
También está el tema de la paz, pues si
bien es cierto hay unos procesos de negociación con la Insurgencia, que es
respaldado por la Cumbre Agraria, esta señala que el Gobierno Nacional impulsa
un modelo de paz contrario a los intereses de las grandes mayorías. “El Estado
en medio de la negociación viene profundizando la política minero energética y
la crisis económica; el Plan Nacional de Desarrollo está bajo los
requerimientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico,
OCDE, y eso tiene que ver con imponernos
reformas tributarias, más impuestos, más despojo de nuestros territorios, más
privatizaciones, entre otras cosas”, complementa el líder social.
Según el vocero, el contexto es de profunda
vulneración de los derechos humanos y falta de garantías para la lucha social y
política; “hechos como los del primero de mayo del hombre que le estaba
disparando a efectivos del ESMAD, resulta ser un montaje para tratar de
criminalizar la protesta social y coincide con el avance de la ley de seguridad
ciudadana, que se discute en el Congreso de la República, y el nuevo código de
policía que les da facultades para violar nuestros derechos civiles y
políticos. Por otro lado, el paro que hicieron los paramilitares el 1° de abril
fue parte de una estrategia política y militar, que no solo demuestra su
reactivación sino el control sobre unos territorios y la recuperación de
otros”.
Un
Paro por la defensa de la vida y para construir paz
Para Luís Acosta, coordinador Nacional de
la Guardia Indígena y miembro de la dirección de la Organización Nacional
Indígena de Colombia, ONIC, el contexto en el que se desarrollará la Minga
Nacional Agraria campesina Étnica y Popular, que es el nombre que ha tomado la
jornada de paro, es peligroso: “El
momento político es de alto riesgo porque aunque aparentemente la guerra se ha
disminuido en nuestros territorios, es una guerra silenciosa, de penetración de
los proyectos económicos de las transnacionales y de repoblamiento de los
grupos paramilitares. Es un momento de cambio de estrategia en donde los medios
juegan un papel fundamental de confusión de la gente, aquí uno no sabe cuál es
el enemigo, porque nos quieren mostrar que ellos los de la burguesía se pelean
entre sí, pero seguramente es una mentira. También es un momento interesante de
mucha esperanza”.
La jornada del 30 de mayo según el vocero
indígena es una oportunidad para levantar un grito de resistencia, “es un
campanazo de alerta, un momento para decirles: aquí estamos unidos los pueblos,
y es un momento para desenmascarar esa guerra silenciosa y hacerle frente a las
políticas del régimen, que son de guerra y violencia en los territorios. El
sistema está entero, no es cierto que va a haber paz, hay una situación de
desigualdad y esa brecha entre ricos y pobres se distancia cada vez más. Es un
momento para la pedagogía, para que la gente entienda que el modelo económico
es el causante de las desigualdades, y que la salud, la educación, la vivienda,
la alimentación, los servicios públicos, etcétera, se hayan convertido en un
negocio. Es un momento para abrazarnos y compartir con nuestros hermanos afros
e indígenas en la lucha. Movilizarse por la defensa de la vida es el mejor
ejemplo de construir paz”.
Que
se cumpla lo incumplido; que participen los pueblos
Esa realidad de país expuesta por los
líderes de la Cumbre Agraria, es compartida por otras organizaciones sociales y
políticas, por los camioneros, víctimas, mujeres y sectores sindicales. Por eso
vienen impulsando la realización de una nueva jornada de movilización de
carácter indefinido a partir del 30 de mayo de 2016. Dicha jornada tiene como
propósito central confrontar el modelo neoliberal que como lo expresaron los
líderes sociales es un modelo de saqueo, de despojo de los territorios, de
empobrecimiento de las comunidades. El paro también permite generar escenarios
de articulación para mejorar las condiciones de la lucha social y popular. En
ese sentido el Paro, o la Minga como también se ha llamado, adquieren un carácter
político porque confronta políticas nacionales del Gobierno, y un carácter
reivindicativo porque busca alcanzar unos acuerdos mínimos para avanzar hacia propuestas de
cambios y transformaciones a favor de las comunidades.
Según lo expresa Miguel Ángel Cassiani
Chico, dirigente Nacional de ANAFRO y del Proceso de Comunidades Negras (PCN),
“el Paro Indefinido o Minga busca presionar al Gobierno Nacional para que
cumpla los acuerdos que se han hecho con la Cumbre. De estos escasamente han
cumplido con algunos proyectos económicos para la reactivación del campo en
favor de las comunidades negras, campesinas e indígenas y eso no se ha cumplido
a cabalidad teniendo en cuenta que está plasmado en un documento firmado con el
Ministerio de Agricultura desde hace casi dos años, y esa falta de cumplimiento
es la que nos da pie para volver a movilizarnos para exigir el cumplimiento de
los acuerdos”.
Los indígenas tienen, además, propósitos
adicionales, uno de ellos es el fortalecimiento de la Guardia Indígena. Su
coordinador nos explica: “La Guardia es una iniciativa que retomaron nuestros
pueblos de la resistencia milenaria; es una realidad que busca mantener la
defensa del territorio y el equilibrio y la sana convivencia de nuestro pueblo.
No utilizamos armas, pero sí autoridad. Somos miles y por esto requerimos
recursos, financiación para profesionalizar y especializar a la guardia, su
funcionamiento, su formación técnica, física y académica, todo lo que esta
requiera para desarrollar su labor de defensa del territorio, el agua, la
comida y el buen vivir de las comunidades, dentro de la ley y la constitución
que contempla la Jurisdicción Especial Indígena; la Guardia Indígena es una
verdadera realidad de paz y sería de gran apoyo en los territorios en estos
momentos que se van a firmar los acuerdos de paz. El guardia presta seguridad
desde la vida, desde lo humano y no desde lo militar armado”.
Según Juvenal, consejero de la ONIC, el
pueblo indígena tiene 28 mesas de negociación con el Gobierno y 1402 acuerdos
incumplidos. Por eso ellos han recorrido cada palmo de su territorio, a nivel
nacional, para impulsar la participación de los diferentes pueblos
indígenas en la preparación y ejecución
de esta jornada. Para ellos es fundamental que sus pueblos conozcan las razones
de su lucha y lo hagan con el espíritu, el cuerpo y el corazón. Serán miles los
que participen en el Paro.
Romper
la marginalidad, que nos sumemos todos y todas
Las diferentes voces del Movimiento Social
manifiestan que uno de sus propósitos es convocar al conjunto de la sociedad, a
los millones de colombianos y colombianas que están cansados de soportar las
injusticias de un modelo económico y político que los hunde cada vez más en la
miseria y la exclusión.
Para Sandra Solano, Vocera Nacional de
Confluencia de Mujeres para la Acción Pública “el espacio de la Cumbre es un
espacio de unidad que hay que seguir fortaleciendo desde las diversas
organizaciones y desde el movimiento social en general. La tarea es salir a
enamorar a la gente de este escenario y de la movilización; en esa actitud
estamos todos los sectores que aquí confluimos, pero sobre todo para hacer una
convocatoria muy amplia que recoja las luchas territoriales, que recoja las
luchas de sectores y organizaciones que no hacen parte de este proceso, y esa
es la gran tarea desde los territorios y desde los sectores también”.
Por su parte el dirigente nacional de
ANAFRO señaló que “venimos haciendo muchas reuniones sectoriales dándole a
conocer a los procesos que no están vinculados en la Cumbre Agraria, de la
importancia no solo de este espacio sino de que nos movilicemos todos los
sectores, incluso procesos independientes que han estado más solos y mucha
gente que está suelta. Queremos que se involucren en este gran proceso nacional
porque la Cumbre es un proceso para que Colombia entera tenga las garantías que
el Gobierno nos debe brindar”.
La
Paz con Justicia Social, una tarea de los pueblos
Al igual
que jornadas de movilización anteriores, este nuevo momento también
busca abrirle caminos a la construcción de la Paz con Justicia Social y como
una tarea que corresponde al conjunto de la sociedad. En palabras de Jimmy
Moreno, “un objetivo central es la participación en clave de Paz, el Gobierno
tiene la oportunidad de sentarse con las comunidades a negociar el conflicto
social que tenemos y en esa perspectiva, en la Cumbre hemos dialogado sobre la
importancia de poner sobre la agenda la participación vinculante de las
comunidades. En esa línea venimos unificando el pliego y diseños de
movilización, en la perspectiva de la confrontación al modelo y la construcción
de paz desde las apuestas populares”.
“Una de las exigencias - expresa Cassiani-
es que nosotros como etnias negras, indígenas y campesinos, tengamos una
representación propia en las mesas de negociación, ya que allí se está hablando
del campo que es donde nosotros estamos, y lo que vemos es una afectación desde
ya en un escenario de “postconflicto” por el modelo que existe. Eso es lo que
nos tiene preocupados y por eso exigimos la representación en esos escenarios
de dialogo”. Luis Acosta sostiene que el Paro, la movilización, por sí sola es
un acto de paz, “son los ejercicios legítimos de proteger la vida; para los
pueblos indígenas la paz es la vida misma de la gente, no se puede entender
como una coyuntura. La paz es que haya agua, alimentos. El paro es para
defender el agua y confrontar a los que quieren acabar la vida de la
naturaleza, y como el modelo la quiere acabar hay que derrotar el modelo”.
De igual manera para Sandra Solano “esta
movilización nos va permitir mirar nuestra correlación de fuerzas y ampliarla
también. En ese sentido la acción de movilización busca generar presión al
Gobierno colombiano para que se siente a negociar con el pueblo; aunque ya con
la Cumbre se ha sentado, hay un montón de acuerdos incumplidos por parte del
Gobierno Nacional, y es importante que
la movilización sea un elemento de presión pero también de cómo vamos
cualificando fuerzas y llamando al conjunto de la sociedad colombiana”.
En suma esta nueva jornada hay que
entenderla como un respaldo a los procesos de paz que buscan una solución
política negociada al conflicto armado, económico, social y político. Es una
jornada que quiere derrotar el modelo económico, que busca que las decisiones
sobre el manejo del país no las tome solo el Gobierno Nacional sino el conjunto
de la sociedad, como corresponde a una democracia. Esta Minga, según los
líderes sociales se debe aprovechar para difundir esa perspectiva de paz con
justicia social y ambiental, una paz con cambios y transformaciones. Una paz
construida con participación activa de las comunidades, que presione al
Gobierno Nacional a sentarse a negociar los conflictos sociales que golpean a
la Nación.
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