Artículo publicado en la Edición impresa 115 (Marzo - Abril 2016) de Periferia Prensa Alternativa
Por Liezel López
Marcación de Tiempo: Miércoles
15 de Abril, 2015. Nota diagnóstico:
Reingreso a la Universidad de Antioquia en el programa de Biología, Individuo: Mujer Niña en búsqueda…
Una
soleada mañana cubría mi tercer día de clases, mientras la espuma del café
desaparecía en mi boca, mi mente iba y venía en diversos cuestionamientos. Era
extraño volver a deambular por los pasillos de la universidad después de haber
estado por fuera casi cuatro años. La plazoleta Barrientos un poco vacía,
soplaba recuerdos de tiempos de agite, correr de acá para allá, entregar informes, salir de clase antes, luego ir a
trabajar y así una rutina día tras día, en la cual el conocimiento no tiene
espacio-tiempo de trascender y asentarse en la mente para ser digerido o en el
mejor de los casos rumiado, pero al menos, como dicen en los pasillos de la
universidad, lo importante es cumplir con los requisitos y aprobar las materias
lo antes posible para poder graduarse y salir a buscar un mejor sueldo pero
esta vez con un título.
De
solo recordar el remolino de libros, informes y horas laborales mi mente
produjo un carril de estornudo frenético y un rápido sacudón de cabeza me hizo
volver al presente, respiré y exhalé en voz alta: “… otra vez lo mismo: trabajar y estudiar a medias…”
Reingresé
a la Universidad de Antioquia para terminar de estudiar biología, carrera que
había iniciado en el año 2007 y por dificultades económicas me tocó abandonar
cuando estaba en el quinto semestre. Ahora que estoy estudiando de nuevo, se me
han presentado los mismos problemas, ya que el programa de biología no brinda
horarios alternativos en las materias de ciclo básico que tienen secuencia con
otras materias de profundización; horarios que permitan estudiar a las personas
que debemos trabajar al menos 8 horas diarias, por ejemplo sábados, o en horas
extremas como después de las 6:00 pm o las 6:00 am.
Por
el contrario, los horarios que se ofrecen, en la mayoría de materias, ocupan ambas
jornadas mañana y tarde, por ejemplo, dos materias del ciclo básico de quinto
semestre que deben tomarse juntas para poder cursar materias del siguiente
nivel, tienen el siguiente horario: Genética y laboratorio; con clase teórica dos
veces por semana, los días martes y jueves de 4:00 pm a 6:00 pm y práctica de
laboratorio de 10:00 am a 1:00 pm los días miércoles. Ecología y Laboratorio;
con clase teórica dos veces por semana, los días martes y jueves de 2:00 pm a 4:00
pm y práctica de laboratorio de 10:00 am a 1:00 pm los días viernes.
Para
nadie es un secreto que, si necesitas trabajar por el sustento económico, cualquier
empresa te exige entre 6 a 8 horas continuas disponibles, en su mayoría diurnas.
Algunas pocas brindan la oportunidad de elegir una sola jornada fija laboral y
cuando estudias en ambas jornadas difícilmente se puede negociar. Ante esta
situación es cuando te conviertes mercenaria malabarista del tiempo laboral;
emplearte en horarios extremos y en simultáneos trabajos como: mesera, vendedor de
tiempo completo con mostrador en la mochila, entregar periódicos en la calle, repartir
volantes, animador de fiestas, entre otros. No significa que tener diversos y
simultáneos empleos desmerite el esfuerzo; sin embargo, en medio de tanta
pirueta económica a qué hora puede una persona formarse para lograr ser un
profesional investigador y creativo, con
niveles de profundización que permitan el descubrimiento de nuevas rutas y
alternativas del conocimiento tanto en su desarrollo teórico como práctico,
especialmente en el campo de la biología.
Y
mientras seguía caminando con paso firme hacia el bloque siete, para entrar a
clases, me pregunté si yo era la única en esta situación de los horarios y el
trabajo, ya que debo pagarme todo el sostenimiento: arriendo, servicios,
comida, fotocopias y ayudar a mi familia con algún aporte económico y lograr que mi barco lleno de nobles
aspiraciones pueda profundizar en el mar del conocimiento; no tengo la opción de
elegir entre estudiar o trabajar, debo realizar ambas y poder formarme como una
investigadora y no simplemente aprobar los cursos fugazmente.
Cuando
llegué a clase, no me quedé con la duda y me dispuse a preguntarles a los
compañeros de biología y en los “huecos” a otros estudiantes de diferentes semestres.
Les preguntaba básicamente: ¿Trabaja y estudia al mismo tiempo? ¿Cómo se
sostiene económicamente, solo o por sus padres o crédito estudiantil? ¿Debe
responder económicamente por otras personas fuera de usted? ¿Pertenece algún
grupo de investigación de la universidad?
Los
resultados fueron sorprendentes, sin entrar en análisis estadísticos dispendiosos,
pude darme cuenta que la mayoría de estudiantes de biología son sostenidos económicamente
por sus padres, no tienen obligaciones con otras personas y un alto porcentaje
pertenece a estratos del cuatro en adelante; además participan de semilleros y
grupos de investigación paralelo a su jornada académica; muy pocos compañeros
andaban en mi situación de laborar y estudiar; estos estudiantes presentaban
promedios académicos bajos y retrasos en varias materias, por lo difícil que es
estar en esta situación.
Entonces
me surgió otra duda, qué otras universidades de la ciudad de Medellín ofrecen
el programa de Biología; encontré que a
nivel de educación pública solo la Universidad de Antioquia desde el año 1974 tiene
abierto este programa y en educación privada dos universidades la ofertan: el CES
que tiene el programa de biología hace sólo siete años con un costo promedio
por semestre de 5 millones de pesos y la universidad EAFIT que tiene el programa hace cuatro años con
un costo promedio por semestre de 7 millones de pesos.
Después
de mis análisis e indagaciones, me pregunto ¿Para qué estrato socio-económico
está dirigido el programa de biología en la Universidad Pública? Si en la
educación pública universitaria a nivel de pregrado encontramos estas
dificultades en las cuales al menos las tarifas son medianamente asequibles;
qué diremos entonces en los niveles más altos como especializaciones,
maestrías, doctorados y posdoctorados, donde las tarifas por semestre dan risa
de sólo verlas. ¿Cómo personas del común que han logrado terminar algún
pregrado, con diversas obligaciones económicas, ganando salarios que no superan
el millón y medio y estoy exagerando a veces ni siquiera ganan 1 millón, pueden
acceder a otros niveles de profesionalización?
A
esta problemática las personas intentan dar solución buscando obtener alguna
beca, compitiendo con los exigentes requerimientos como: publicaciones en
revistas indexadas, dominio de un segundo idioma, altos promedios, límite de
edad. Sin embargo es sabido que quienes con alta dificultad, lograron graduarse
de un pregrado trabajando y estudiando, no tienen buen dominio de un segundo
idioma, en su mayoría están “pasados de edad”, a lo sumo tienen una publicación
y mucho menos obtuvieron altos promedios durante su pregrado. No queda otra
opción que resignarse con un pregrado o endeudarse y a medias estudiar y laborar.
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