Artículo publicado en la Edición impresa 115 (Marzo - Abril 2016) de Periferia Prensa Alternativa
Por Equipo Periferia Tolima
Hablar
de conflictos ambientales en los últimos 10 años es algo común y necesario, ya
que en este período el nivel de extracción de bienes de la naturaleza se ha
disparado por parte de las transnacionales con auspicio del Estado Colombiano.
Si bien el tema del conflicto armado y la guerra fueron institucionalizados, el
conflicto ambiental debe ser debatido y elevado al mismo nivel de interés
social y político. El futuro de las nuevas generaciones, la vida de todos los
seres vivos y la permanencia en los territorios está en juego.
Las
luchas ambientales se originaron por la crisis climática como degradación
ambiental planetaria, y asumidas por
movimientos ambientalistas y organizaciones sociales de toda índole. En la
actualidad son muchos más los actores y las iniciativas que se suman a esta
causa. El modelo extractivista aplicado en América Latina por empresas de
carácter transnacional, puso en alerta ya no solo a los ambientalistas y
defensores de Derechos Humanos, sino a cientos de comunidades que se niegan a
entregar sus territorios.
Diferentes
regiones de nuestro país se han movilizado para defender el agua, la vida y la
permanencia en los territorios. La resistencia se ha expresado en movilización social, liberación de la madre
tierra, acciones jurídicas, implementación de mecanismos de participación,
proyectos de ley, planes de vida y figuras como las zonas de reservas, etc.
Esta lucha ha traído muerte, amenazas, miedo, destierro y desarraigo de los y
las luchadoras sociales. Según Global Witness para el año 2014 en Colombia
perdieron la vida 52 ambientalistas, esta situación ha impedido que en muchas
regiones del país se denuncien las afectaciones sociales y ambientales
provocadas por los proyectos extractivistas y el conflicto armado ligado a la
tenencia de la tierra.
El
departamento del Tolima se convirtió en una de las regiones más importantes
para la lucha ambiental. Luego de que Álvaro Uribe Vélez declarara la mina de
la Colosa como la más grande del mundo
en reservas de oro, con un potencial aproximado de 12 mil millones de onzas,
los tolimenses iniciaron una gran lucha.
A través de movilizaciones, marchas carnaval convocadas y dinamizadas
por el Comité Ambiental en defensa de la Vida, iniciativas de participación
popular como la Consulta de Piedras,
entre otras, incrementaron el torrente de resistencia y acción de las
comunidades.
Consulta Popular: Ibagué contra
la explotación minera
Según
la ley 134 de 1994 la consulta popular hace parte de los tres mecanismos más
importantes de participación junto con
el plebiscito y el referendo. “En el
ejercicio de la consulta popular las
comunidades dan respuesta a una pregunta de carácter general, sobre un asunto
de trascendencia nacional, departamental, municipal, distrital o local, es
presentada por el Presidente de la
República, el gobernador o el alcalde, según el caso. El asunto debe ser competencia de la respectiva
autoridad, no puede ser un proyecto de articulado (pues para eso está la
iniciativa popular normativa), y no debe referirse a temas que modifiquen la
Constitución”. (Riaño, 2014)
En
Colombia según la MOE (Misión de Observación electoral), se han promovido dos
consultas departamentales, impulsadas sobre la protección del Páramo de
Santurbán, 23 municipales y ninguna de orden local y nacional. Uno de los temas
más importantes en este ejercicio de participación es el de medio ambiente, con
casos emblemáticos como el del municipio de Tauramena en el departamento de
Casanare y el de Piedras en el Tolima.
La
consulta popular de Piedras Tolima requería el voto de 1.702 habitantes del municipio para frenar la actividad
minera en el territorio. El alcalde Arquímedes Ávila Rondón convocó a su pueblo,
y el 28 de julio del 2013, 2995 personas
dijeron No. Y no podría ser de otra forma, ya que el municipio de Piedras, se iba
a destinar para el depósito de desechos y materiales tóxicos utilizados en la planta
de producción de oro, es decir implicaría uso de elementos como el cianuro,
susceptible de contaminar el agua y ambiente del lugar.
Tras
esta experiencia y el impulso de las organizaciones ambientalistas y sociales
del Tolima, el Alcalde de la ciudad de Ibagué Guillermo Alfonso Jaramillo cumplió
con su compromiso de ser actor importante en la lucha contra la minería. Basado
en la amenaza que implica tener un aproximado de 105 títulos mineros
distribuidos en 44 mil hectáreas de área rural y urbana que pone en riesgo la tradición agrícola,
turística y las fuentes hídricas de la región, emprendió la iniciativa de la
consulta popular.
En
medio de los nervios y la incertidumbre por los resultados de la votación en el
concejo municipal, el pasado 29 de febrero el movimiento ambiental logró la
primera victoria, con 10 votos a favor y 9 en contra, el Concejo Municipal
aprobó la consulta popular. Tras intimidaciones por parte de órganos de control
como la Procuraduría y delegados del gobierno nacional, los concejales Víctor Julio Ariza, Juan Evangelista, Camilo
Delgado, Ernesto Ortiz, Marco Tulio Quiroga, Oswaldo Rubio, Carlos Castro,
Hasbleidy Morales, William Rosas y Linda Perdomo dieron su voto
positivo a la iniciativa. Por otro lado Víctor Hugo Gracia, Harol Lopera, Jorge
Bolívar, Pedro Mora, Luis Alberto Lozano, Carlos Portela, Wiiliam Santiago,
Humberto Quintero y Martha Ruíz votaron de manera negativa.
La
Pregunta presentada y aprobada por el Concejo es: ¿Está usted de acuerdo, sí o no,
con que en el municipio de Ibagué se ejecuten proyectos y actividades
mineras que impliquen contaminación del suelo, pérdida o contaminación de las
aguas o afectación de la vocación agropecuaria y turística del municipio?
Según
la proyección del movimiento ambiental, se requiere la participación acertada
de 130 mil votos que digan NO. El umbral requerido debe responder al 33%
del caudal electoral del municipio que en este momento es de aproximadamente
381.000 ciudadanos.
El
proceso se encuentra en la fase de socialización de la iniciativa. Una de las
experiencias positivas se dio con los niños y niñas de las instituciones
educativas, en el marco de la elección del gobierno escolar. Ellos y ellas tuvieron
la oportunidad de definir sobre su futuro y en un ejercicio pedagógico y simbólico
la mayoría dijeron NO a la presencia de proyectos mineros en su municipio. Este
ejercicio busca sensibilizar a padres de familia y comunidad educativa.
Se
espera la revisión de constitucionalidad
en el Tribunal Administrativo del Tolima. Según las fuentes pueden ser muchos
los impedimentos, amenazas y talanqueras al proceso, pero el pueblo Ibaguereño
seguirá adelante. Según el equipo especializado de Dejusticia (Centro de
estudios jurídicos y sociales, especialistas en derecho ambiental) la ciudad de
Ibagué responde a los requerimientos necesarios y la alcaldía es competente
para esta acción.
Se
espera que todos y todas acudan a la consulta como una forma real de practicar
y construir una verdadera cultura de paz y democracia. De los resultados
dependerá el futuro de su territorio, el uso de su tierra, de sus proyectos
productivos y la conservación de la memoria y la cultura tolimense.
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