Artículo publicado en la Edición impresa 116 (Abril - Mayo 2016) de Periferia Prensa Alternativa
Por Comunicaciones
Cisca
Algunos logros obtenidos en la
fase inicial de la propuesta, son la socialización con los colectivos, el
entendimiento por parte de las comunidades de las diferentes figuras
territoriales propuestas para la región, su apuesta por la defensa del
territorio y su contribución a la conformación del territorio intercultural del
Catatumbo, a través del cual se busca contrarrestar las políticas neoliberales
y de extractivismo que tiene el modelo económico, como la agroindustria y la
minería y sus efectos nocivos sobre la poblacion y la naturaleza.
Según la cartilla de Territorios
Campesinos Agroalimentarios publicada en el año 2015 por el Coordinador
Nacional Agrario –CNA- dicha figura surge en el marco de la IV Asamblea de esta
organización agraria, con el propósito de reafirmar la defensa de la tierra y
el territorio, y fortalecer los planes de vida digna para continuar en la lucha
por la reforma agraria, la permanencia en el territorio, la defensa de los
bienes comunes naturales, la identidad, la cultura, la economía campesina, la
soberanía alimentaria y popular.
“Los TCA son el espacio
concebido, habitado y organizado por nuestras familias, comunidades y
organizaciones campesinas, donde como campesinas y campesinos establecemos
lazos sociocomunitarios para mejorar nuestras condiciones de vida digna en el
campo, teniendo principal interés en la conservación, uso adecuado y protección
de la tierra, el agua y sus bienes naturales”, por lo que se pueden desarrollar
actividades de producción agrícola, pecuaria, pesquera, forestal y mineria en
pequeña escala combinada con la agricultura.
Según Yamid Contreras, integrante
del equipo político del Cisca “los TCA van más allá de la producción; son una
forma de ordenamiento territorial popular, una propuesta de vida y de permanencia
en el territorio para el campesinado, son nuestra casa”.
Por su parte Candelario Torres,
campesino y Concejal del municipio de Hacarí, nos cuenta cómo se ha venido
construyendo la propuesta: “la hemos venido
socializando con los diferentes comités de mujeres, jóvenes, niños y
niñas, y se ha construido un conocimiento colectivo de la noción que se tiene
de territorio, lo que pensamos de él, cómo queremos vivir, y cómo en la
cotidianidad lo construimos”. Además menciona que se ha avanzado en su
implementación con el desarrollo de propuestas de soberanía alimentaria y
economía campesina, así como el rescate de semillas criollas.
Para Ediver Suarez del equipo
político del Cisca “Los TCA buscan el reconocimiento de la territorialidad
campesina, la protección de la cultura, la identidad, y la vida de los
campesinos y campesinas. Es decir, que sean reconocidos como sujeto de derecho político, económico,
social y cultural, para así desarrollar procesos de ordenamiento territorial
popular y gobierno propio”.
En ese sentido manifiesta que en
algunas regiones del país existen avances significativos comparados con otros.
Por ejemplo Centro-Oriente y Nariño donde han declarado TCA de hecho. “En la práctica el avance ha sido mayor, el
campesinado históricamente ha construido
Territorios Agroalimentarios, entendidos desde la cosmovisión del espacio
geográfico, la cultura, la convivencia, el respeto por la naturaleza y la vida.
Incluso, en coexistencia con otras figuras territoriales”.
Uno de los retos que tiene esta propuesta,
es la de lograr un reconocimiento por parte del Estado al “campesinado como
sujeto de derechos, el acceso a la tierra y a la territorialidad con identidad campesina”,
a través de un proyecto de ley que pretende adecuar la Constitucion Política a
las realidades sociales y a las exigencias del campesinado colombiano mediante
la reforma del artículo 64 de la constitución. Esta lucha, plantea el Cisca,
debe darse de manera colectiva, y a partir de la organización y la
movilización.
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